jueves, 7 de julio de 2011

Por fin!

"Ha sido un largo camino para llegar de allá para acá, ha sido un largo tiempo, pero al fin mi tiempo ha llegado, puedo sentir los vientos de cambio y nada se me obstaculiza mi camino. He conocido los vientos gélidos en mi camino y los días muy oscuros, pero los vientos que siento ahora son vientos de cambio, he pasado ido a través del fuego y la lluvia, pero ahora sé, que estaré bien" Faith of the Heart - Rod Stewart





La música ha sido una parte muy importante de mi vida y es lo que ayuda a calmar mi espíritu cuando estoy intranquilo en conjunto a mis oraciones. También como dice mi hermana, que puede recordar la época de ciertos recuerdos, por la música que yo escuchaba en ese momento.





Al fin después de tantos años separado de mi familia, visitándola cada 28 días, ya estamos juntos en puerto seguro. Es como una aventura para los niños, para nosotros una lección de vida, aprendiendo a través de ellos que se puede superar muchos obstáculos y separaciones (eso creía yo), pero la sangre llama, se extraña el suelo, el terruño, los seres queridos, pero debemos seguir adelante, a donde Dios y el destino nos conduzcan. Este comentario lo hago por una situación particular que presencié, durante una obra de teatro en la cual participaba mi hijo Josemaria, justamente al culminar la misma, la maestra de música canto una canción despidiendo a los niños que abandonaban el colegio, en ese preciso momento, vi como mi hijo lloraba, no por los niños que se iban, sino porque jamás tuvo la oportunidad de despedirse de su amigos del colegio en Venezuela, fue algo tan duro para él, que yo sobre estime su capacidad de adaptación, nunca me di cuenta de lo que ha sufrido por ese hecho.





Poniendo a un lado lo anterior (sin quitarle su respectiva importancia), es impresionante la capacidad de adaptación de mi familia, he escuchado con estupor las historias de venezolanos que han sufrido durante el proceso de adaptación en estas tierras, pensé que debía dar tiempo y estar sobre ellos para ayudarlos, pero nuevamente me sorprendo, rápidamente mi esposa maneja y conoce cualquier recoveco como si fuera su ciudad natal, mis hijos, el idioma inglés lo han perfeccionado (la mayor) y el menor, que no sabía nada, ya lo habla y escribe, hasta están aprendiendo un tercer idioma! Aun estoy tratando de aprender francés!





La seguridad y tranquilidad que da estar por aquí es lo mejor de esta aventura. La bendición que tuvimos mucho de nosotros de poder salir a la calle a jugar sin preocuparnos de que algo malo nos pudiese pasar, nos dio una seguridad invalorable y poder darle eso a mis hijos es lo mejor de todo. Entrar y salir sin problemas, dejar la puerta de la casa abierta, el carro abierto con tus cosas personales, salir a caminar o ir a un parque, es espectacular!





Como estamos en un país musulmán, estamos visitando los lugares más emblemáticos de este sitio, como mezquitas, comidas tradicionales, vestimentas, etc. Ciertos tours son gratuitos, pues parte de eso, es capturar o atraer nuevos creyentes, pero en nuestro caso, soy un maracucho terco, obstinado, ferviente católico y muy mariano, por lo cual el intentar convertirme les iba a costar muchísimo. Igualmente disfrutamos el viaje, las mujeres debían cubrirse y nosotros los hombre no nos toco nada. Mi esposa, muy latinoamericana y coqueta, le saco provecho el utilizar la ABAYA, la vestimenta tradicional para las mujeres. Por mi lado, mientras ellos “evangelizaban”, no sé como se dice esa acción en la religión islámica, yo tomaba fotos del sitio. No se le pueden tomar fotos a las mujeres sin autorización de su familia (le dices eso a una latina y te manda a la porra).




En enero fuimos al desierto a disfrutar con los críos y unos amigos, surfear dunas y por ultimo llegar a la playa para disfrutar un rato la paz y tranquilidad que da el aislamiento puro. Es bueno ir durante esa época, pues la temperatura se presta y no te afecta, pero el sol es inclemente, pues te afecta la visión si no vas protegido. La compañía fue de lo mejor y el paseo igual, esa fue mi primera vez el manejar por las dunas y por suerte no me quede atascado!





Antes de entrar, debes bajarle la presión a las llantas, pues si usas la misma presión que normalmente tienen, te hunde en la arena. Mientras hacíamos eso, se aprovecharon a tomar fotos a todo lo que allí había..




Si no tienes coche (carro) de tracción en las 4 ruedas, puedes también divertirte en las dunas, por una pequeña suma, te alquilan unas motos de 4 ruedas, me imagino que tendrá otro nombre, para poder surfear las dunas sin problemas. Me parece lo más divertido, en especial para los críos, que al principio estaban renuentes, luego no se querían ir! (quien los entiende)



Ahora bien, si la arena no te gusta, aun cuando estás en un país desértico, te ofrecen paseos por unos pequeños islotes que se formaron por el dragado del canal de navegación para los tanqueros. En nuestro caso, tuvimos la suerte que unos amigos nos invitaron y disfrutamos de un bello paseo. El agua estaba clara y muy fresca, así que la diversión no se dejo esperar y los críos (nuevamente) disfrutaron muchísimo.




Ya hemos superado cumpleaños, fin de curso, salidas de mi hija “SOLA” con sus amigas, en fin, un sin fin de aventuras y cosas por descubrir, pero poco a poco vamos adaptándonos a nuestra nueva vida y ver que nos depara el futuro.




Un beso, abrazo a todos y prometo ponerme al día con el blog!

3 comentarios:

Rosa Fernandez dijo...

Lo disfrute mucho como siempre Enrique. Lo mejor esta por venir!
Besos.

Anónimo dijo...

Hermano!!
Es una enorme delicia leer tus relatos, me haces sentir que los vivo con ustedes minuto a minuto...

Siempre impaciente por leer el próximo, te quiero un montonazo
Dlee

Anónimo dijo...

Pana, un placer leer tu blog, me topé con el por casualidad, buscando una receta de tartar de lómito, al igual que tu trabajo en la ind. petrolera, estuve en Argelia y tuvimos un rest. familiar en Caracas, estamos en contacto, éxitos